Florece y no te marchites

Salir de tu zona de confort es casi ley. Ello, te trae buenas fortunas, cambia tu energía y te permite explorar posibilidades que antes no habías contemplado. No arrastres malos tratos, cámbialos al estar en contacto con otras actividades, tu humor mejorará y tú visión estará acostumbrada a ver esos pequeños detalles que te impulsan cada día. Detente un par de segundos para contemplar el horizonte, el amanecer o los ángulos de la creación humana. Despega de tu idea de que todo es una rutina, porque cada día es novedoso en lo pequeño; mientras que en lo macro, logramos llegar más allá gracias a una recarga de energía. Agradécelo todo, porque puedes pasar por un campo de espinas y aún así, terminar en un pasto recién cortado, en una montaña de hojarasca y hasta en un río que atrae la tranquilidad. Brilla y consume lo bello. Sueña y engrandece tu entorno... Nos leemos la semana próxima 😊